Creemos que programar es escribir código. Pero mira más de cerca. Hablas con usuarios. Entiendes problemas. Planeas soluciones. Compartes ideas. Traduces pensamientos a sintaxis. Verificas que funcione.
¿Dónde está el valor real?
El código es apenas 10-20% de tu trabajo. El resto es comunicación estructurada. Y ahí está el verdadero cuello de botella.
Mientras todos se obsesionan con qué tan rápido la IA genera líneas de código, han perdido de vista lo fundamental: no es la sintaxis. Es la claridad.
He publicado apps exitosas usando Vibe Coding: Affirmio, Karensansui, Oblique Strategies. Cada una demuestra la misma verdad: nunca se trata de pedirle a la IA "haz una app." Se trata de mantener conversaciones precisas sobre lo que realmente necesitas construir.
Piensa en cualquier campo maduro. Los arquitectos no mezclan cemento. Los directores de cine no operan todas las cámaras. Los chefs no lavan todos los platos.
Pero diseñan. Dirigen. Conceptualizan.
El valor siempre ha estado en la visión, no en la ejecución mecánica. Lo que cambió es que finalmente tenemos herramientas que ejecutan nuestra visión a la velocidad del pensamiento.
La IA puede generar mil líneas de código en segundos. Pero no puede leer tu mente. No puede adivinar qué problema quieres resolver realmente.
Los programadores del futuro no escribirán código. Escribirán especificaciones.
Una especificación captura la intención completa. Contiene todo lo necesario para generar TypeScript, Rust, documentación, tutoriales. Es el artefacto universal donde producto, legal, ingeniería y marketing pueden colaborar.
¿No es irónico que para colaborar mejor con máquinas, primero debamos aprender a pensar más claramente nosotros mismos?
La ingeniería nunca ha sido sobre código. Ha sido sobre la exploración precisa de soluciones de software a problemas humanos.
¿Estás listo para ser un autor de especificaciones?